Para cuidar nuestro bienestar emocional y prevenir enfermedades asociadas al estrés, es importante entender qué es el estrés, cómo actúa en nuestro organismo, sus etapas y cómo podemos prevenir y gestionar el estrés cuando ya ha aparecido.
QUÉ ES EL ESTRÉS
El estrés se define como los cambios psíquicos y fisiológicos que se producen en nuestro organismo cuando aparece una demanda (u obstáculo) del ambiente que representa una amenaza y una situación desagradable (teniendo en cuenta los recursos y/o energía de los que dispone cada uno para hacer frente a dicha situación). Ante esta situación (que en principio debería ser transitoria), nuestro cuerpo se prepara para hacerle frente y luchar para conseguir los resultados deseados, por ejemplo presentar con éxito mi nuevo proyecto de la empresa a un grupo de inversores muy importantes. Para la situación del ejemplo, necesitamos cierta activación y que nuestro organismo se movilice para poder sacar adelante esa tarea que para nosotros representa un nuevo reto. Estaríamos entonces hablando del estrés positivo, o lo que es lo mismo, del eustrés.
Sin embargo, cuando la situación estresante se alarga en el tiempo (cuando, siguiendo con el ejemplo anterior, continuamente tengo que presentar mi proyecto a personas nuevas de diferentes países y en distintos idiomas que no domino del todo teniendo además poco tiempo para prepararme) la respuesta fisiológica que provoca en nuestro cuerpo se torna peligrosa para nuestro organismo: pueden aparecer úlceras, picores en la piel, caída del cabello…
QUÉ CONVIERTE A UNA SITUACIÓN EN ESTRESANTE
La percepción de una situación como amenazante dependerá de cada persona: una misma carga de trabajo puede ser percibida como más o menos estresante en función del hábito de trabajo que tenga cada uno y de su capacidad de resistencia.
Pero existen tres puntos en común que hacen que una situación sea estresante para casi todas las personas:
- Impredecibilidad: la incapacidad de predecir qué va a pasar en la jornada de trabajo genera más estrés.
- Incontrolabilidad: las cosas que no podemos controlar, como el ruido en la oficina, nos provocan más estrés.
- Falta de apoyo social: no poder compartir lo que nos preocupa de nuestro trabajo con nuestra familia y amigos aumenta el estrés.
INFLUENCIA DEL ESTRÉS EN NUESTRO ORGANISMO
El estrés influye en múltiples sistemas de nuestro organismo:
- Estrés y sistema cardiovascular: aumento de la frecuencia cardíaca, accidentes vasculares como el infarto de miocardio, angina de pecho, accidentes cerebrovasculares…
- Estrés y sistema gastrointestinal: disminución en el flujo salivar (sensación de boca seca), úlceras gástricas, síndrome del intestino irritable o síndrome de Crohn…
- Estrés y sistema endocrino: el aumento de la insulina en nuestro organismo y un pobre funcionamiento del páncreas acaba provocando diabetes tipo II.
- Estrés y sistema inmunitario: el estrés debilita el sistema inmunitario porque afecta a la función de los linfocitos (células T y células B).
CÓMO GESTIONAR EL ESTRÉS
El estrés, como hemos visto anteriormente, no siempre se considera negativo. En determinadas situaciones, necesitamos una respuesta rápida del organismo que viene provocada por el estrés, y en este caso sería una respuesta adaptativa.
Sin embargo, el problema es la repetición de las situaciones estresantes día tras día en nuestro trabajo. ¿Qué podemos hacer entonces en este punto para gestionar el estrés y que no haga daño a nuestro organismo?
MEDIDAS PARA GESTIONAR EL ESTRÉS
- Detección y evaluación de la situación: evaluar cómo está nuestro estado emocional es el primer paso para gestionar la situación.
- Relajación: vivimos en una sociedad con la creencia de que el trabajo y el esfuerzo es lo que nos producirá riqueza y éxito, nos exigimos continuamente y nos dejamos llevar por la urgencia y la competitividad. Una de las estrategias para lidiar con este tren de vida es la relajación: entrenar la respiración abdominal.
- Deporte: la actividad deportiva es una forma de canalizar adecuadamente las emociones negativas que nos produce nuestro trabajo.
- Cambio del foco atencional: el hecho de atascarnos en una tarea porque ahora mismo no podemos llevarla a cabo dejando sin hacer otras cosas, no es la solución. Es mejor hacer otra actividad distinta que podamos abordar y volver a ella más tarde para evitar bloqueos y disminución del rendimiento.
- Entrenamiento de habilidades sociales: saber comunicar nuestras emociones positivas y negativas a nuestros compañeros y managers, ayudará a disminuir los niveles de estrés.
- Acude a un profesional de la salud mental: podemos sufrir síntomas ansiosos y depresivos que aparecen como consecuencia de un período prolongado de estrés. Con estos síntomas llegan las dificultades para concentrarnos, los olvidos, la sensibilidad a las críticas y la sensación de ser incapaces de tomar decisiones.
- Apoyo social: gracias a compartir nuestras emociones con las personas significativas de nuestra vida, compartimos responsabilidades, obtenemos consejos, apoyo y aprendemos habilidades para solucionar problemas.
¿EMOCIONAL PUEDE AYUDARME A GESTIONAR EL ESTRÉS DE MIS EQUIPO?
Ahora ya sabes qué es el estrés, cómo afecta en nuestro organismo y qué podemos hacer para gestionarlo de forma adecuada, te preguntarás ¿y ahora cómo lo hago? ¿cómo gestiono esta situación si tengo tantas cosas que hacer como director de RRHH y más de 25 empleados?
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