Comunicación No Violenta, la técnica definitiva para comunicar de forma emocional, asertiva y responsable con las emociones
Todos hemos oído hablar de la comunicación emocional o asertiva alguna vez. Sin embargo, cuando se trata de llevarla a cabo, en ocasiones puede ser complicado – especialmente cuando se trata del ámbito laboral. Comunicar malas noticias, debatir sobre decisiones cruciales, o incluso establecer relaciones sanas entre compañeros (especialmente, de diferentes rangos), puede hacerse cuesta arriba.
En general, todas las situaciones laborales que comportan transmitir un mensaje de naturaleza negativa de un emisor a un receptor generan cierto malestar, puesto que si no se hace de la forma correcta, las consecuencias pueden ser graves. Es por ese motivo que la comunicación emocional efectiva juega un papel crucial en el bienestar emocional de los empleados y en la creación de un entorno de trabajo positivo.
La asertividad y los tres tipos de comunicación
Por lo general, hay tres formas de comunicación: la pasiva, la agresiva y la asertiva.
La comunicación pasiva implica no expresar abierta y claramente los propios sentimientos, necesidades y opiniones, y dar prioridad a las necesidades de los demás. Las personas que se comunican de manera pasiva pueden evitar el conflicto, pero a menudo se sienten frustradas, resentidas o ignoradas.
La comunicación agresiva implica expresar los sentimientos y necesidades de manera dominante, imponiendo las propias opiniones y deseos sin considerar los derechos y perspectivas de los demás. La comunicación agresiva puede generar confrontación, resentimiento y rupturas en las relaciones.
La asertividad, o comunicación asertiva, implica la capacidad de expresar los propios sentimientos, necesidades y opiniones de manera clara y respetuosa, al mismo tiempo que se escucha y se muestra consideración hacia los demás. Cuando los equipos se sienten escuchados y comprendidos, pueden expresar y gestionar mejor sus emociones, lo que a su vez fomenta un mayor nivel de satisfacción y bienestar en el trabajo. No es solo comunicar o solo escuchar, es un equilibrio entre ambos.
Como norma general, cuando una persona que se comunica de forma agresiva, la otra tiende a responder de forma más pasiva o viceversa. Cuando dos personas se comunican desde la agresividad o desde la pasividad es cuando nace el choque. Sin embargo, la comunicación emocional asertiva permite ponerse al mismo nivel que tu interlocutor.
Ahora bien, ¿cómo se aplica toda esta teoría? Pues hoy te dejamos una técnica que puede ser clave para ello: La Comunicación No Violenta.
La Comunicación No Violenta: 4 claves para llevarla a cabo con éxito
La Comunicación No Violenta (CNV) es un enfoque de comunicación desarrollado por Marshall Rosenberg que busca promover la empatía, la compasión y la conexión emocional en las interacciones humanas. La CNV se basa en cuatro componentes principales: observación imparcial, sentimientos, necesidades y peticiones.
1. Observación imparcial
La observación imparcial implica describir de forma objetiva los sucesos sin emitir ningún juicio o evaluación. Para comunicar de forma no violenta, es clave aprender a observar la situación de forma objetiva.
Ejemplo: en lugar de “siempre llegas tarde”, la observación objetiva sería “hoy llegaste diez minutos después de la hora acordada”. De esta forma mantenemos la calma y no nos dejamos llevar por los impulsos emocionales, tanto defensivos como agresivos. Expresar las observaciones de forma imparcial permite comunicarlas de una forma menos hostil, evitando la confrontación.
2. Sentimientos
La CNV fomenta expresar los sentimientos de forma clara y honesta; evitando el uso de juicios o críticas hacia los demás. Es decir, expresar como te hace sentir un comportamiento o acción aislada realizada por la otra persona sin culparla por ello. De esta forma no cabe espacio para interpretar la comunicación como un ataque personal, sino meramente como la transmisión de información.
Ejemplo: en lugar de decir “siempre me haces enfadar”, se puede decir “cuando haces esto, me siento frustrado”.
Por otro lado, comunicar los sentimientos de forma directa no suele ser una tarea fácil. En ello también juega un papel crucial la comunicación no verbal. Por ello, te cubrimos las espaldas: la Inteligencia Artificial de Emocional permite leer la comunicación no verbal de las personas mediante las videollamadas. De esta forma, puedes saber cómo están todos tus equipos; incluso aquellos con tendencia a una comunicación más pasiva.
Artículo relacionado: CÓMO LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL PUEDE FACILITAR UNA COMUNICACIÓN MÁS EFECTIVA
3. Necesidades
Las necesidades son las inquietudes o deseos de los cuales nacen nuestros sentimientos. Identificarlas y comunicarlas es algo sano, y permite a las personas velar por sí mismas. Eso puede ir bien a la hora de comunicar emocional y asertivamente: en lugar de enfocarse en la acción específica de la otra persona, se puede comunicar la necesidad subyacente detrás de esta acción.
Ejemplo: en lugar de decir “no me ayudas en esta tarea”, se puede decir “me gustaría/ necesito recibir apoyo en esta tarea para que salga a delante”. De este modo, fomentamos la colaboración sin atacar o victimizar ninguna conducta.
4. Peticiones
Las peticiones son expresiones claras y concretas de lo que queremos. Es decir, en lugar de esperar que los otros sepan lo que necesitamos, las comunicamos. Estas deben ser realistas y factibles.
Ejemplo: en lugar de decir “siempre llegas tarde, no te tomas esto en serio” se puede decir “para mí es importante que llegues a tiempo a nuestras reuniones”.
La combinación de estos cuatro factores puede permitir comunicarnos de forma asertiva, simplemente expresando de forma clara, respetuosa y objetiva cómo nos sentimos debido a un comportamiento o acción realizada por otra persona. Desde la asertividad, la comunicación con los equipos puede ser mucho más fluida, eficaz y cálida; dejando paso a una buena relación laboral.
Lo mejor de la Comunicación No Violenta es que esta se retroalimenta: la mayoría de veces, comunicar de forma no violenta genera un cambio positivo en la aceptación del mensaje por parte receptor, lo que permite que su reacción también sea más asertiva, racional y empática.
En conclusión…
La comunicación asertiva es vital en cualquier organización, sobre todo si se trata de la comunicación descendiente. Es importante que las personas de rango superior aprendan a comunicarse de forma asertiva, no solo para generar un buen clima laboral dónde reine el respeto y la transparencia; sino también para cumplir el rol de ejemplo, transmitir empatía y animar al resto del equipo a comunicarse del mismo modo.
Artículo relacionado: LA COMUNICACIÓN INTERNA: HERRAMIENTA CLAVE PARA FAVORECER EL BIENESTAR DE TU EQUIPO