Carlos Fenollosa, CEO de Optimus Price habla sobre su experiencia como emprendedor desde la vertiente más emocional
Carlos Fenollosa dio un giro de 180 grados para incursionar en el impredecible pero emocionante mundo del emprendimiento, después de dejar su carrera como investigador y tras su carrera como ingeniero. Pero no se trató de cualquier tipo de emprendimiento; estamos hablando de una startup que utiliza inteligencia artificial para resolver problemas complejos en el espacio B2B.
Carlos es el fundador de Optimus Price, una empresa que se dedica a automatizar el proceso de fijación de precios a través de algoritmos de inteligencia artificial. En un mundo donde los márgenes de beneficio son delgados y la competencia es feroz, Optimus Price viene como un respiro de aire fresco para las empresas que buscan optimizar sus operaciones y maximizar sus ingresos.
Pero a nosotros no nos gusta quedarnos únicamente con los detalles técnicos de los emprendedores, nos gusta ir más allá y conocer el mundo emocional y los retos a los que han tenido que enfrentarse para inspirarnos con sus historias, así que eso fue lo que hicimos en nuestro podcast con él (que por cierto ya está colgado en Spotify).
«Emprender es una montaña rusa, es una maratón y no un sprint»
Esto es lo que salió de la boca de Carlos cuando le preguntamos acerca de emprender a Carlos y es que a pesar de que sea una frase muy típica es la realidad. Cuando decides emprender debes tener esto en cuenta y es que el camino es costoso, no es lineal, pero las ganas de avanzar un proyecto y creer en su propósito es lo que te llevará a la cima y a querer atravesar esas circunstancias.
«A partir de las 10 personas es difícil gestionar personas»
Antes de las 10 personas Carlos conocía perfectamente a todos sus empleados y sabían qué hacían en cada momento pero a partir de los 10-12, la cosa empezó a complicarse. «Es un antes y un después cuando cruzas esa barrera», confirmó. Y es que a partir de esa cifra, ya no sabes qué hacen en su día a día los empleados. «Te lo dicen los cargos intermedios, pero ya no llegas a eso, ya empiezan a verte diferente, empieza a jerarquizarse más la empresa», nos contaba. Aun así, evidentemente es por algo que hay que pasar si quieres escalar en una empresa.
Un consejo para quienes quieran emprender…
Para Carlos, uno de los consejos más útiles que puede dar a personas que quieran emprender es que emprendan su negocio en base a una dificultad o problema que ellos mismos tengan. «No importa qué problema tengan las otras personas», comentaba Fenollosa, «si no es una dificultad que a ti te preocupa, será más difícil que te centres en el proyecto, creas en él y lo des todo. Sin embargo si tú mismo lo sientes también te harás las cosas más fáciles. Cosa que no está nada mal ya que de por sí el emprendimiento ya es modo difícil», continuó diciendo el emprendedor.
Artículo recomendado: La historia del fundador de Heura: Bernat Añaños
«Transparencia sí, pero independencia también»
Fenollosa lo tiene claro. La transparencia y la sinceridad son importantes en una empresa, pero no hace falta decirlo todo en todo momento, según nos comentó. Para él es igual de importante la sinceridad, como la independencia de poder resolver los problemas o dificultades sin tener que comentárselo a otras personas si a ellas no les afecta. Así pues, por eso mismo cree que hay que ser transparentes con su equipo, pero tampoco es necesario contarles absolutamente todo, ya que reservarse algunas cosas también es símbolo de confianza, decía.
productos que a veces van mal, junto con otra
Es imposible aprender de los errores de los demás»
Para terminar con la entrevista que le realizamos en nuestro podcast Carlos nos aportó un sabio consejo que fue el siguiente: «No importa que tú te hayas equivocado, no puedes decirle a tu empleado qué es lo que tiene qué hacer ni cómo hacerlo, aunque tú ya sepas la respuesta y sepas que por ahí no es. Las personas deben comprobarlo por sí mismos. Sino, los niños no pondrían las manos en los enchufes. Por mucho que se lo digamos, necesitan comprobarlo. Así que, su consejo era alto y claro: pruébalo y equivocate, esa va a ser la única manera de que aprendas.